Dos conceptos definen habitualmente el
origen de la ciudad:
a) La situación
b) El emplazamiento
La situación alude al entorno
geográfico en el que se enmarca la ciudad, a escala regional o nacional.
Explica la relación de la ciudad con los grandes conjuntos geográficos, las
redes de comunicación, los centros políticos, etc.
El emplazamiento se refiere al espacio
concreto y material que ocupa la ciudad. Constituye su marco y su soporte y
suele guardar relación con la función que justificó el nacimiento de la ciudad.
Incluso el emplazamiento puede llegar a condicionar el plano urbano.
Un factor muy importante y explicativo
del paisaje urbano son las funciones que desempeñan sus calles, plazas y
edificios, ya que debido a su función suele modificarse la forma de la ciudad.
Pero además, hay otra serie de elementos
funcionalmente menos relevantes, pero que, a veces, destacan morfológica y
visualmente. Estos son: muros, espacios verdes, monumentos, mobiliario urbano,
arte mural, etc.
Se puede decir que, igual que no
existen paisajes naturales puros ya que suelen estar humanizados de una u otra
manera, tampoco existen paisajes urbanos desprovistos de naturaleza.
En algunos contextos urbanos,
naturalidad y culturalidad se combinan en determinados elementos del paisaje a
través de los materiales constructivos que tienen su origen en los recursos del
medio local.
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